
«Pero característico de la victoria del fascismo, es precisamente la circunstancia de que esta victoria atestigua por una parte la debilidad del proletariado, desorganizado y paralizado por la política escisionista socialdemócrata de colaboración de clase con la burguesía. Pero, por otra parte, revela la debilidad de la propia burguesía que tiene miedo a que se realice la unidad de lucha de la clase obrera, que teme a la revolución y no está ya en condiciones de mantener su dictadura sobre las masas con los viejos métodos de la democracia burguesa y del parlamentarismo” 1
Jorge Dimitrov
El 27 de junio de 1973, a través de un golpe de Esstado se instaura una sangrienta Dictadura Militar Fascista por 12 años en nuestro país. Ese mismo día la clase obrera poniéndose al frente de la lucha antifascista inicia, de acuerdo a las decisiones establecidas por sucesivos congresos de la CNT y a su papel de vanguardia en esta sociedad, una heroica y gloriosa Huelga General de 15 días.
ANTECEDENTES
La oligarquía, el gran latifundio, la banca y la gran burguesía, y el imperialismo, fundamentalmente el yanqui, tuvieron que recurrir a la Dictadura Militar Fascista, tanto en el Uruguay como en muchos de los países del continente en ese período. En el plano nacional, las razones están en el agravamiento de la explotación, la crisis económica y el auge revolucionario de la lucha obrera, estudiantil y popular. En el movimiento obrero, en las grandes fábricas fundamentalmente, con miles de trabajadores, como en las grandes textiles, FUNSA, la bebida, papeleros, etc, se desarrollaron con gran peso, y muchas veces hegemonizaban agrupaciones clasistas de Tendencia. Lo mismo sucedía a nivel estudiantil. Estas estaban vinculadas política y organizativamente al diverso movimiento revolucionario surgido al comienzo de la década como reacción al reformismo, allí nace el MIR, antecedente del PCR. Tienen un gran desarrollo el MLN y otros grupos que llevan adelante la lucha armada y en 1971 el desarrollo del Frente Amplio, un frente popular que llegó a tener por su integración y por el respaldo de masas, un gran peso en el escenario político a nivel nacional a pesar de las limitaciones por estar hegemonizado por el PCU (partido revisionista, a nuestro entender desde 1955).
En el plano internacional, el imperialismo yanqui vivía un período muy difícil, en el mismo, el desarrollo de la crisis económica capitalista, ya sobre el golpe, la crisis del petróleo. La agudización de las contradicciones y antagonismo, por un lado con la otra superpotencia, el social-imperialismo soviético, del período Brezneviano, en el que este se tornó más agresivo y estaba dispuesto a disputar a fondo con los yanquis. Por otro lado China, revolucionaria y comunista, con Mao Tse-tung y el PCCh, impulsaba a lo interno la Gran Revolución Cultural Proletaria, se mantenía firme y también desarrollaba fuertemente el internacionalismo y el apoyo al movimiento revolucionario en general. En Vietnam, Camboya y Laos, los yanquis estaban ya al borde de la derrota. En América Latina los yanquis, además de Cuba, enfrentaban procesos como el gobierno de Allende en Chile, y algunos gobiernos encabezados por militares con tendencias nacionalistas antiyanquis, como en Perú y Bolivia. Además del auge de la lucha obrera y popular y de la existencia del movimiento guerrillero en muchos países.
EL PERÍODO DE 1968 A 1973
Junto al auge de la lucha revolucionaria se da un proceso permanente de la represión de las luchas de la clase obrera, del estudiantado y también del movimiento guerrillero. Esto lo lleva adelante el gobierno con la aplicación permanente de las Medidas Prontas de Seguridad. De 1541 días en la Presidencia, Pacheco lo hizo 1117, en estas condiciones. Durante su mandato se clausuran periódicos y radios, se ilegalizó a grupos políticos de izquierda, hay intervención de los Entes, se aplica la militarización en varias huelgas importantes. Con Liber Arce, Hugo De Los Santos, Susana Pintos, comienzan una larga serie de mártires estudiantiles de la época. En 1972 caen nuestros camaradas Santiago Rodríguez Muela y Joaquín Klüver. En el seno de la clase obrera y el pueblo la debilidad fundamental de todo ese período se debió a que las fuerzas revolucionarias y clasistas, no pudimos superar a tiempo la hegemonía que tenía el reformismo en la CNT, la FEUU, aunque ya en 1973 se reflejaba una fuerte mayoría combativa en su Federal, y en el propio Frente Amplio. Esto impedía impulsar cada lucha en una estrategia revolucionaria y las adaptaba, como lo sigue haciendo hoy el reformismo en general, a un camino electoralista. Hay que recordar todos los planteos de Arismendi sobre la posibilidad de la vía pacífica y también la estrategia general surgida en el 20º Congreso del PCUS. En su 16º Congreso el PCU elimina de sus tesis fundamentales la Dictadura del Proletariado y la inevitabilidad de la Revolución Violenta. A partir de allí es lógico, y lo es hasta el día de hoy, que quede velada la verdadera esencia del estado oligárquico burgués y especialmente el papel fundamental en la represión del pueblo, para defender el Orden establecido, de las FF.AA., en este sistema. Por un lado se levanta la teoría de la revolución por “vía pacífica” que se aplicaba a Chile, y que terminó en la Dictadura Fascista más sangrienta, y prolongada de América Latina, y en Uruguay, una de las dictaduras más largas. También estaba la teoría de los procesos revolucionarios encabezadas por militares progresistas (peruanistas) y que la vida se ha encargado de demostrar hasta donde pueden llegar.
El predominio de estas posiciones en el seno del pueblo, en este período, significó la debilidad principal para poder enfrentar a tiempo el avance del fascismo.
Hubo situaciones que fueron claves, de crisis política donde esto se visualizó con mayor nitidez. Lógicamente que de todas estas situaciones la principal fue la de febrero de 1973, con los comunicados 4 y 7,pero el año anterior, en abril de 1972 el parlamento vota el Estado de Guerra Interno, dándose la mayor participación a los militares en la represión. Allí prácticamente derrotan militarmente al MLN y se produce el asesinato de los 8 militantes de la seccional 20 del PCU. En ese momento los reformistas levantan la bandera de la pacificación con soluciones, frenando la lucha. En abril nuestro partido define una línea Antifascista y la necesidad de forjar, en la lucha y la unidad de acción, un Frente Antifascista, con todos los sectores que se opusieran a él, esta línea se fue comprobando en la práctica y fue tomada por las grandes masas. En setiembre del mismo año, luego de la gigantesca manifestación de masas que acompañó el entierro de nuestro camarada Santiago Rodríguez Muela, se producen grandes huelgas obreras, fundamentalmente por salario pero también por trabajo, libertad y soberanía. Una crisis política en que se destacaba la prisión de Jorge Batlle. Ese fue un buen momento y así lo planteó nuestro partido, para que la clase obrera y el pueblo fueran a más ya que los militares fascistas todavía no habían agrupado suficientes fuerzas, pero por el contrario se aislaron las luchas, como siempre los paros generales no eran impulsados como paros activos, como planteábamos desde la Tendencia, etc.
LOS COMUNICADOS 4 y 7 DE FEBRERO DE 1973
“El fascismo es el poder del propio capital financiero. Es la organización del ajuste de cuentas terrorista con la clase obrera y la parte revolucionaria de los campesinos y de los intelectuales.” 2
“La subida del fascismo al poder no es un simple cambio de un gobierno burgués por otro, sino la sustitución de una forma estatal de dominación de la burguesía –la democracia burguesa– por otra, por la dictadura terrorista abierta.” 3
Jorge Dimitrov
En el 9 de febrero de 1973 es un momento decisivo en todo este proceso. Los militares, en principio el Ejército y la Aviación llevan adelante una fase del Golpe de Estado, para algunos un Golpe o “el verdadero Golpe”, como para el propio almirante Zorrilla (según sus declaraciones al semanario Búsqueda el 24/6 de 1993) y lanzan los conocidos comunicados 4 y 7 donde hacen referencia a que es necesario resolver problemas como el de la tierra, la deuda, la corrupción (gran bandera demagógica de los militares). Afirmaban “que las FFAA no son ni serán el brazo armado de grupos económicos y/o políticos”. Ante esta situación el PCU de Arismendi que ya venía desconociendo el problema del fascismo, -y sobre todo el de los Mandos Militares Fascistas (lo restringían, en el mejor de los casos, a las bandas fascistas, que actuaban fundamentalmente en secundaria)-plantea en febrero que la democracia “ya era una cáscara vacía”, en la contradicción oligarquía-pueblo no ubican a los militares fascistas, que estaban en los principales mandos de las FF.AA., ampliamente conocidos tanto por ellos como por otras fuerzas de izquierda, como Cristi, Vadora, Zubía, Álvarez, etc. Ese partido planteaba la contradicción oligarquía-pueblo, que en realidad es la contradicción estratégica que abarca una etapa histórica, contraponiéndola y negando en los hechos que el Fascismo se había convertido en el enemigo principal y que representaba la parte más reaccionaria de esa misma Oligarquía. Sobre la base de estos comunicados, que incluso como demagógicos, eran pobres, tratan de sembrar la ilusión en un movimiento militar de tipo nacionalista y popular. La Dirección mayoritaria de la CNT plantea las “coincidencias objetivas” con los comunicados 4 y 7,no respetando la resolución tomada en junio de 1968, por la Mesa Representativa de la CNT, por unanimidad, donde se planteaba “la ocupación de todos los lugares de trabajo y la huelga general en caso de golpe de estado o situación equivalente”.
Nuestro Partido definió claramente la necesidad de la más amplia movilización obrera y popular contra este movimiento militar. Consideró que el proceso de represión y avance permanente del fascismo a través de leyes reaccionarias y otros aspectos del plano nacional e internacional, llevaban a las clases dominantes y al imperialismo a la necesidad del golpe fascista. Los comunicados expresaban una tibia demagogia para que los sectores fascistas del Ejército fundamentalmente, pudieran neutralizar, justamente, a sectores nacionalistas y que simpatizaban con el pueblo de la oficialidad y de la tropa, y también a la clase obrera y al movimiento popular, como lamentablemente sucedió, para poder unificar al conjunto de las FF.AA. y a los sectores más reaccionarios de los partidos burgueses atrás de una salida hacia la Dictadura Militar Fascista. Allí se perdió una de las últimas posibilidades de enfrentar al fascismo con sus fuerzas relativamente desorganizadas todavía.
Decía el camarada Nebio Melo en 1974, dirigente y fundador de nuestro partido desaparecido en 1976, que:
“Aún en los casos de dominio de corrientes nacionalistas en la FF.AA. el movimiento obrero y popular debe mantener su independencia y su lucha. El no cumplimiento en febrero de lo resuelto de 1964, no valía para ninguna de las posibilidades. El “putsch”, el golpe de estado, son formas de acceso al poder ajenas al pueblo. En principio nos oponemos a ellas, porque las masas populares quedan al margen de las mismas. Y si los golpistas tienen intenciones progresistas y tratan de llevar adelante un programa anti-imperialista, ¡qué mejor que estar en posiciones de fuerza, para “estimular” el buen contenido del mal paso formal (el putsch) de nuestros posibles amigos! La lucha independiente de la clase obrera y el movimiento popular fue, por tanto, por todo un período, inexistente.” 4
En el período de febrero a junio, la propaganda del golpe de estado en los órganos de prensa fascista, como el “Azul y Blanco” y el “Rebenque” eran más que claras y sin embargo la Dirección mayoritaria de la CNT convocó a un 1º de Mayo de alegría, sembrando nuevamente expectativas incluso cuando los fascistas hablaban ya abiertamente de la posibilidad de dar el golpe en ese mismo mes. En mayo se da la gran represión a nuestro Partido, allí caen presos gran parte de nuestro Comité Central y de nuestro Frente Sindical, debiendo pasar a la clandestinidad y al exilio en Buenos Aires, gran parte de los cuadros dirigentes. Esto unido a la represión de otras organizaciones revolucionarias, fue una acción preparatoria de gran importancia para los militares, dado que, desde 1972 y especialmente después de febrero del 73, se había dado un gran crecimiento de nuestro Partido y de la Tendencia Combativa, a pesar de la represión. Un sector avanzado de la clase obrera y del estudiantado tenía cada día más conciencia de que se enfrentaba al fascismo, a un golpe casi inevitable y que el camino de resistencia y de lucha era la Huelga General y la Pueblada.
Otro hecho de gran importancia fue la cuestión del desafuero del senador –compañero Enrique Erro, planteado por los fascistas para dar el golpe final contra el parlamento. Este hecho que “les dio la razón” para cerrar el parlamento, era considerado por el PCU de Arismendi como una “cortina de humo”.
EL GOLPE Y LA HUELGA GENERAL
A primeras horas de la mañana, apenas enterados del golpe, la clase obrera ocupa los lugares de trabajo, especialmente las grandes fábricas y las empresas fundamentales del Estado. También los estudiantes universitarios hicieron lo propio ocupando cuatro facultades y el Hospital de Clínicas. La ocupación fue masiva e inmediata, lo que no dejó mucho espacio a las vacilaciones y a quienes desde la dirección de la CNT trataban de negociar febrilmente con los militares. Estas ocupaciones fueron, en parte espontáneas, pero se dieron también por el peso organizativo de las agrupaciones que respondían a las diversas expresiones de la Tendencia Clasista y del movimiento revolucionario. Esto se daba principalmente en grandes fábricas y centros de concentración. Luego de que se dieran las ocupaciones aparecen comunicados de la CNT confirmando las medidas y las reivindicaciones.
La Huelga General fue masiva y contundente, incluso paralizó el transporte en los primeros días, luego fue decayendo. Fueron muy grandes las manifestaciones por los compañeros Ramón Peré y Walter Medina, asesinados por la represión. Hubo importantes actos frente a ANCAP y frente al Hospital de Clínicas y la gran movilización del lunes 9 de julio, a pesar de su heroicidad y masividad, ya no pudo revitalizar la huelga. Hubiera sido necesaria varios días antes. En la huelga predominó la ocupación en los lugares de trabajo y no la movilización callejera, hubo también distintos grados de tensión y resistencia en la lucha. Puntos muy fuertes fueron FUNSA, ALPARGATAS, ANCAP, donde hubo enfrentamientos muy duros con la represión. Al igual que acciones de masas en los barrios. Esto no sucedió de igual manera en todos lados, ni en intensidad ni en duración. La cuestión del transporte fue clave y hubo una lucha permanente en este sentido. Los Estudiantes Universitarios, jugaron un papel muy importante en esta lucha por parar el transporte, además de llevar adelante sus ocupaciones, acciones callejeras propagandísticas y la solidaridad con las ocupaciones obreras.
La Huelga General fue una huelga política que trató frenar la instalación de la Dictadura Militar Fascista, junto a las limitaciones ya analizadas, no logró atraer al campesinado y a sectores importantes de las capas medias a la lucha. Por otro lado y unido a esto no se logró, a esa altura de los acontecimientos quebrar la unidad de las FF.AA., pero aisló y golpeó duramente a la dictadura naciente.
La Huelga ha quedado en nuestra historia como LA LUCHA MÁS IMPORTANTE LIBRADA POR NUESTRA CLASE OBRERA Y EL PUEBLO y un ensayo hacia la revolución obrera y popular, antioligárquica y antiimperialista en marcha ininterrumpida hacia el socialismo.
Nuestro partido planteó a partir de allí la lucha por el derrocamiento de la dictadura pero una lucha por dar un paso adelante en la revolución democrático-popular y no por volver a la democracia burguesa, como a la postre sucedió.
Dieciséis mártires, más de cien presos y otro tanto de exiliados, entregó nuestro partido a la causa, junto a todos los mártires del pueblo, con y por ellos seguiremos adelante.
NOTAS
1 Dimitrov , Jorge, Fascismo y Frente Único, Nativa, 1974, pág. 8.
2 Ídem., pág. 10-11.
3 Ídem., pág. 120
4 Melo, Nebio. “Preguntas y respuestas a un Comunista Revolucionario sobre el Movimiento Sindical”, Folleto de circulación clandestina.
Jorge Dimitrov (1882-1949), dirigente del Partido Comunista Búlgaro y Secretario General del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista, tuvo un papel fundamental en la lucha antifascista. En 1933 lo arrestaron los Nazis, acusado por el incendio del Reichstag y enjuiciado en el famoso proceso de Leipzig, en el cual hizo su propia defensa.