Intervención de la Juventud Comunista Revolucionaria en el acto homenaje al Che de los jóvenes de la Unidad Popular 9.10.20

A 53 años de la caída en combate del CHE

Ayer se cumplieron 53 años de la Cada de “Ernesto Che Guevara” y un día como hoy el ejército boliviano bajo la orden de la CÍA lo ejecutó cobardemente.Lo recordamos al Che como gran revolucionario, gran comandante guerrillero, que participó en las luchas de su tiempo, sobresaliendo por su entrega y pasión por la causa de los pueblos. Nació en el 14 de Junio de 1928, creció en el contexto de la construcción socialista en la URSS, de la derrota del fascismo, y el triunfo de la Revolución China en 1949 con la dirección del Partido Comunista y Mao a la cabeza y las rebeliones antimperialistas en África, Asia y América Latina, circunstancias que influyeron en su pensamiento y práctica.

Dirigente de primera línea de la Revolución Cubana junto a Fidel y a Camilo Cienfuegos, primera revolución antiimperialista, de masas, popular, democrática y agraria triunfante en América Latina. Una revolución en la que se desarrolló la línea de masas, como lo dijo el Che en las “Proyecciones sociales del Ejército Rebelde”, en dos puntos esenciales: la reforma agraria que desembocó en la adhesión y suma de los campesinos y de la insurrección en las ciudades.

Estas características de la Revolución Cubana son también las motivantes de nuestra militancia para coronar una Revolución. Una revolución que está pendiente en Uruguay, una revolución de masas, popular, y agraria en una primera etapa de liberación nacional, antiimperialista y en marcha ininterrumpida hacia el socialismo y el comunismo.

Defensor de la construcción socialista, y del internacionalismo proletario, defendió siempre la solidaridad de los países en construcción socialista con los demás países oprimidos por el imperialismo sobre nuevas bases de intercambio.

Sobre esto, el Che en su “discurso de Argel decía que

No puede existir socialismo si en las conciencias no se opera un cambio que provoque una nueva actitud fraternal frente a la humanidad, tanto de índole individual, en la sociedad en la que se construye o está construido el socialismo, como de índole mundial en relación a todos los pueblos que sufren la opresión imperialista.

Creemos que con este espíritu debe afrontarse la responsabilidad de ayuda a los países dependientes y que no debe hablarse más de desarrollar un comercio de beneficio mutuo basado en los precios que la ley del valor y las relaciones internacionales del intercambio desigual, producto de la ley del valor, oponen a los países atrasados”.

En la lucha por la construcción socialista en Cuba el Che defendió firmemente las posiciones revolucionarias, siendo Presidente del Banco Central y luego Ministro de Industria. Impulsó la lucha política e ideológica para la construcción de una sociedad y un hombre nuevo, contra la idea de que solo con el desarrollo de las fuerzas productivas se llegaría al socialismo. Promovió y demostró la importancia del trabajo voluntario, el estímulo moral, defendió la planificación económica como una ley del socialismo.

El Che y su ejemplo nos guían para lucha popular en nuestro país:

En nuestro país la situación política cambió, de 15 años del pseudoprogresismo volvimos a la derecha tradicional, en franca alianza con la ultraderecha integrada por fascistas. Como era de esperar, este gobierno lleva más a fondo el ajuste y la represión que hace años sufre nuestro pueblo en beneficio de la gran burguesía y el capital imperialista, cargando sobre los hombros del pueblo una crisis que desde 2008 no deja de golpear y sometiéndonos al gran yugo del pago de la deuda externa con el sudor de nuestra frente, sacrificando salud, trabajo, educación y salario.

Y luego de 15 años de una marcada política desmovilizadora de las masas, por parte del oportunismo que dirigió el movimiento sindical, estudiantil y social como si fuera un brazo más del gobierno del FA.

El actual gobierno tiene el peligroso germen del fascismo, que busca reglamentar a los sindicatos y asegurar la impunidad de asesinos y torturadores de la dictadura militar fascista. La historia no da muchas lecciones sobre el papel del oportunismo en la lucha contra el fascismo: obstáculo, tibieza y complicidad, la marcan los hechos, votando media LUC y firmando la rebaja salarial para no cerrar paso al ajuste y la complicidad de haberle brindado durante estos 15 años las herramientas que hoy este gobierno usa para explotar al pueblo: ley de faltas, ley de tercerizaciones, ley de procedimiento policial, decreto antipiquetes, más penas para adolescentes, esencialidad y muchos etcétera.

Debemos luchar para resistir a este gobierno, pero debemos siempre hacerlo desde una perspectiva revolucionaria, el Che dijo que:

”Luchar solamente por conseguir la restauración de cierta legalidad burguesa sin plantearse en cambio, el problema del poder revolucionario, es luchar por retornar a cierto orden dictatorial preestablecido por las clases dominantes; es, en todo caso, luchar por el establecimiento de unos grilletes que tengan en su punta una bola menos pesada para el presidiario”.

Y en esa perspectiva revolucionaria, y de cómo en tiempos donde el imperialismo y las clases dominantes no tienen otra que apretar más la tuerca para seguir gobernando tengamos presente esta otra cita del Che:

“En estas Condiciones, la oligarquía rompe sus propios contratos, su propia apariencia de “democracia” y ataca al pueblo. Le vuelve a plantear el dilema: ¿Qué hacer? Nosotros contestamos: la violencia no es patrimonio de los explotadores, la pueden usar los explotados y, más aún, la deben usar en su momento. Martí decía: “es criminal quien promueve en un país la guerra que se puede evitar; y quien deja de promover la guerra inevitable”.

Esta cuestión es clave en la lucha contra el oportunismo y el reformismo, cómplices de la derecha y el fascismo.

Mención especial merece la pandemia del COVID 19:

Este sistema que promueve la concentración de la riqueza y la concentración de la población y la gentrificación es factor fundamental para la propagación de los problemas sociales derivados de este modo de producción, así como las enfermedades que sufren los pueblos y las desigualdades frente a las mismas. Y frente a la pandemia, que mostró la precariedad de las condiciones de vida de los pueblos (y más aún en países oprimidos como el nuestro), asistimos a la carrera entre grandes monopolios farmacéuticos y potencias imperialistas por la elaboración de la vacuna. Este sistema mercantiliza la salud, la enfermedad y la cura, y las consecuencias de los retardos que implica la carrera competitiva más mezquina en el marco de las contradicciones interimperialistas las pagan millones en todo el mundo. Así como siempre millones pagan las ambiciones imperialistas de una minoría con guerra, miseria, hambre y muerte.

Este ejemplo nos lleva a reafirmar al socialismo como una imperiosa necesidad de la humanidad, una necesidad de eliminar la explotación del hombre por el hombre, de cambiar las relaciones de producción y la base material para cambiarnos a nosotros, a las personas:

“La nueva sociedad en formación tiene que competir muy duramente con el pasado. Esto se hace sentir no solo en la conciencia individual en la que pesan los residuos de una educación sistemáticamente orientada al aislamiento del individuo, sino también por el carácter mismo de este período de transición con persistencia de las relaciones mercantiles. La mercancía es la célula económica de la sociedad capitalista; mientras exista, sus efectos se harán sentir en la organización de la producción y, por ende, en la conciencia”.

“(…) el trabajo debe adquirir una condición nueva; la mercancía-hombre cesa de existir y se instala un sistema que otorga una cuota por el cumplimiento del deber social. Los medios de producción pertenecen a la sociedad y la máquina es sólo la trinchera donde se cumple el deber. El hombre comienza a liberar su pensamiento del hecho enojoso que suponía la necesidad de satisfacer sus necesidades animales mediante el trabajo. Empieza a verse retratado en su obra y a comprender su magnitud humana a través del objeto creado, del trabajo realizado. Esto ya no entraña dejar una parte de su ser en forma de fuerza de trabajo vendida, que no le pertenece más, sino que significa una emanación de sí mismo, un aporte a la vida común en que se refleja; el cumplimiento de su deber social.

Para ir cerrando: el Che fue un gran comunista, que estudio el marxismo- leninismo y que hizo la revolución, El Che nos dejó un gran legado a los jóvenes de América Latina, el de luchar por la revolución, llevándola en el Corazón para morir por ella, como lo hicieron millones de comunistas en todo el mundo.

Como dijo el Ché: “déjenme decirles algo, aunque les pueda parecer ridículo, un revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor, amor a la humanidad, a la justicia y a la verdad, es imposible pensar en un revolucionario autentico sin estas cualidades”.

Como expresa el CHE acerca de la Juventud “La arcilla fundamental de nuestra obra es la juventud; en ella depositamos nuestra esperanza y la preparamos para tomar de nuestras manos la bandera.”

Entonces como jóvenes, aprendamos del Che y aportemos nuestro granito de arena en la construcción revolucionaria, por la liberación nacional, en marcha ininterrumpida hacia el socialismo, y el comunismo, por una sociedad sin clases, sin explotados ni explotadores, con paz, justicia, prosperidad y abundancia.

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