LOS AVANCES DE LA EDUCACIÓN SOVIÉTICA ANTE LOS 100 AÑOS DE LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA DE OCTUBRE DE 1917.

seminario mCompartimos la intervención de nuestro compañero Milton Rodriguez en el Seminario: La educación soviética como liberadora de la mujer y los jóvenes; organizado por el diario La Juventud el pasado 28 de octubre.

 

Buenas noches. Un agradecimiento enorme a todos los compañeros del diario La Juventud que nos invitaron y a los compañeros de la Coordinadora de Jubilados y Pensionistas que nos reciben acá en su casa como siempre

Nosotros vamos a desarrollar lo que implicó en el ámbito de la Revolución Rusa la situación de la educación. Cuando nos enfrentamos a este desafío lo primero que vimos fue cómo realizar el recorte de la experiencia, ya que nos encontramos con una inmensa cantidad de documentación, materiales, así como autores que sería casi imposible realizarlo en una única exposición. Nos vimos frente a un trabajo de organización de los aportes, que pretende ser una síntesis general, por lo cual trajimos referencias y autores en los cuales quizá los compañeros luego puedan y quieran profundizar en su conocimiento.

Destacamos que en el marco de la Revolución Rusa nosotros vamos a trabajar en base a tres momentos históricos que nos parecían pertinentes ubicar como categorías, considerando la documentación encontrada. Podemos pensar que existieron tres momentos específicos dentro del marco del desarrollo de una pedagogía socialista en base a la concepción del Comunismo desplegadas así de esta manera:

1) De 1918 a 1928: Predominio de las concepciones pedagógicas de Nadezhda KRUPSKAYA y Anatoli LUNACHARSKY como mentores y quienes promocionaron la construcción del primer Comisariado de Instrucción Pública en Rusia tras el triunfo de la Revolución. A través, principalmente de una Pedagogía ACTIVA, experimental basada en el “METODO COMPLEJO” bajo la influencia de la “Escuela Nueva” muy en boga en esa época en el mundo, considerada como una concepción avanzada y que será empleada en la consolidación de la Escuela Única Soviética.

2) El segundo período que destacamos fue de 1928 a 1955 donde la principal referencia teórica es en base a Antón MAKARENKO a través del planteo del COLECTIVISMO como centro de la pedagogía soviética. Fundamentada en forjar una disciplina consciente y una moral comunista clara dirigida en un momento de consolidación de la construcción del Socialismo en la URSS. Una etapa de industrialización a grandes pasos, de colectivización agraria, preparándose en la posibilidad de una guerra que se avecinaba y que ocurrió finalmente. Se entrelazaban en esa concepción el trabajo educativo agrario, industrial junto a la colectividad que es base y finalidad de la educación comunista. Allí Makarenko entró en contradicciones con el Comisario de Instrucción de la época (Shatzky) cuyas diferencias se basaban en concepciones planteadas desde el Ministerio procurando instalar tendencias al desarrollo “libre de los niños en el trabajo”. Debido a ello Makarenko libró enormes batallas en el campo de la educación soviética, siendo una figura de alta referencia incluso luego de su muerte en 1939. En las Colonias para niños y adolescentes se busco apuntar hacia el desarrollo de una personalidad comunista, firmemente unida a las finalidades de la sociedad socialista de época, unificando métodos y descubrimientos pedagógicos enlazando las aspiraciones de los jóvenes con el trabajo productivo (agrario e industrial) junto a la COLECTIVIDAD como organización comunista, cuyos integrantes eran responsables y luchadores para una nueva realidad levantada con sus propias manos.

3) Una tercera etapa que identificamos sería de 1958 en adelante, caracterizada principalmente por la difusión de “manuales oficiales de moral comunista” hacia los alumnos, donde predominaban concepciones que procuraban la auto-disciplina del estudiante en base a estímulos exteriores inculcados hacia el mismo, basado en la obediencia de las generaciones adultas más que desarrollos interiores en base a su experiencia con la práctica. Esto tiene que ver con la consolidación de las reformas educativas en las URSS de 1965 y 1978 cuyo principal referente no era ruso, sino de origen polaco: Bogdan SUCHODOLSKI que más adelante citaremos algunas de sus ideas.

 

Estos tres libros que colocamos sobre la mesa constituyen una referencia simbólica a esas tres épocas con sus momentos: uno de ellos es esta notable edición de la editorial “Expressâo Popular” de San Pablo (Brasil) que en el marco del homenaje a los 100 años de la Revolución Rusa -que estamos conmemorando en estos momentos- realiza una serie de recopilación de artículos y documentos de época de N. Krupskaya que la verdad fue un gusto conocerlo. Se puede leer muy bien del portugués y que muestra -así como se mencionó en la ponencia anterior- la capacidad creadora de la mujer soviética en medio de la Revolución Socialista. Es importante tomar esto en cuenta en el momento histórico en que la educación del viejo Estado capitalista debía ser derrumbada y se necesitaba una formidable capacidad creadora de manos del proletariado y las masas populares para pasar por encima de la ya derrotada burguesía. El otro ejemplar que es una verdadera obra original, fuera de serie y escrita en forma de novela que es el “Poema Pedagógico” de A. Makarenko muy accesible y fácil de ubicar aun hoy día. El otro libro se denomina “Fundamentos de Pedagogía Socialista” escrita por B. Suchodolski y que enmarca la última etapa.

 

Así como ya ocurriera en las experiencias socialistas del siglo XX, fue demostrado la superioridad del socialismo sobre el capitalismo, tras la fuerza movilizada de la clase obrera y el pueblo explotado, sobretodo los campesinos pobres, ellos juntos tomaron el timón de la cultura y la educación para toda la nación que surgía entonces.

 

La superioridad del socialismo en el ámbito de la pedagógica desarrolló una nueva estructura y una nueva forma organizacional del sistema educativo soviético, muy por encima de cualquier otro que pudiera formar la burguesía. En primer lugar hay que tener en cuenta que una de las mayores dificultades en el proceso de crear una educación socialista, se dio a nivel de los necesarios cambios en la organización institucional del sistema educativo, donde las transformaciones tuvieron como finalidad romper con las estructuras heredadas del antiguo sistema y establecer sólidamente un nuevo sistema capaz de integrar a las grandes masas.

 

Sostenemos que un sistema educativo socialista es posible en la medida que el proletariado tome el poder político en sus manos, pues romper con la vieja contradicción entre el trabajo intelectual y el manual, y el combate contra las estructuras elitistas que bloquean el ingreso de las grandes masas explotadas al sistema educativo, solamente puede lograrse en la sociedad socialista. Ello ya había sido de referencia en las obras de Marx y Engels en el siglo XIX, en trabajos llevados adelante sólo un par de décadas antes.

 

De estas ideas se alimentó la pedagogía soviética, llevando adelante un trabajo constante, preciso y muy arduo en sus primeros momentos. Gracias también a la visión de Lenin, era necesario alfabetizar a millones de obreros y campesinos que todavía vivían en la Edad Media, elevando a las masas populares a un nivel cultura superior, para que pudieran integrarse plenamente al ejercicio concreto del poder, vigorizando sus capacidades creativas. Debemos considerar las duras condiciones de los primeros momentos, ya que sin las herramientas culturales y sociales necesarias era muy difícil transmitir las órdenes, los mandatos, participar en los debates, elevar la capacidad industrial, organizar la producción. La condición esencial para construir el nuevo sistema educativo, era desarrollar las bases materiales del socialismo: la industria pesada y la colectivización agraria. De su éxito dependía el futuro del socialismo, todo ello en medio de una persistente agresión del imperialismo e internamente de lucha entre líneas políticas que intentaban derribar el poder soviético.

Hay que pensar que la vieja Rusia tenía un 80% de analfabetismo, por lo cual hay que imaginarse la magnitud de la obra que se puso al frente el Partido Bolchevique donde se exponía ante las dificultades reales para acceder a una base mínima, para alcanzar un piso de cultura que pudiera llegar al proletariado para hacer política grande. Lenin en forma caricaturesca lo expone en un Congreso casi de esta forma: “luego nos podremos sentar a discutir las bases de una nueva cultura proletaria, pero primero que todo el mundo pueda aprender a leer y escribir. Después armamos los debates que quieran con respecto a la cultura proletaria y sus finalidades, pero primero esto: alfabetizar a millones”, Aquí se jugaban las bases materiales de la edificación del socialismo, desarrollar la industria y el campo, por lo cual era necesario instruir al pueblo.

 

Nos encontramos con un documento muy interesante en este sentido, escrito a pocos días de la insurrección de Octubre de 1917. Es un llamamiento escrito por el Primer Comisario de Instrucción Pública (sería el Ministerio de Educación y Cultura) del período revolucionario A. Lunacharsky que transcribimos a continuación realizando algunos extractos de sus principales puntos:

PROCLAMA DEL COMISARIADO DEL PUEBLO PARA LA EDUCACIÓN. Promulgado el 29 de octubre de 1917:

Presupuesto estatal: Por más necesidades que tengamos para reducir otros ítem del presupuesto nacional, los gastos hacia la educación nacional deben ser altos: un presupuesto generoso para la educación es un orgullo y gloria de toda la nación.

Analfabetismo: La lucha contra el analfabetismo y la ignorancia no puede limitarse a la organización correcta de la enseñanza escolar para los niños, adolescentes y jóvenes. Los adultos también van a querer escapar de la condición humillante de una persona que no sabe leer y escribir. La escuela para los adultos debe ocupar un gran lugar en el plano de la educación nacional.

Nueva Cultura (diferenciando enseñanza de educación): Las masas populares que trabajan -obreros, campesinos y soldados- están sedientas de alfabetización y de acceso a todas las ciencias. Pero también están sedientas de educación. (…) Las escuelas, los libros, el teatro, los museos, etc.. pueden ser, en este caso, apenas una ayuda. Las masas populares producirán su propia cultura consciente o inconscientemente. Ellas tienen sus ideas formadas por su posición social, que es muy diferente de la posición de las clases dominantes y de los intelectuales que produjeron la cultura hasta ahora.

Descentralización: Es trabajo independiente de los obreros, soldados y campesinos, de establecer por su propia iniciativa organizaciones culturales y educativas, debiendo tener plena autonomía, tanto en relación al gobierno central, como en relación al gobierno municipal.”

 

En ese momento debemos considerar que aun se encontraba vigente la Asamblea Constituyente a la cual era elevado este edicto, por lo cual, al estar presentes otros partidos políticos se tomaban ciertos cuidados en estos aspectos. A pocos días de la toma del poder, aún se nota un lenguaje precavido de Lunacharky que con diferencia de sólo un año después (en octubre de 1918) nos ubicamos sobre otro documento muy interesante del Poder Ejecutivo del Estado soviético, el cual extraemos fragmentos de algunas de sus puntualizaciones, en cuanto a la reglamentación de funcionamiento de las nuevas escuelas e instituciones educativas:

“Documento del Comité ejecutivo Central de toda Rusia.

Sobre la Escuela Única del trabajo de la República Socialista Federativa Soviética (Reglamento)

Publicado como boletín del Comité Ejecutivo Central de Toda Rusia: octubre 1918.-

 

Nacimiento de la Escuela Soviética: “Principios fundamentales de la escuela del trabajo”

PRINCIPIOS DE AUTO-ORGANIZACIÓN DE LA ESCUELA UNICA DEL TRABAJO Artículos 26 a 32 del citado reglamento.

CONSEJO ESCOLAR: Integran el organismo a) todos los trabajadores de la escuela b) representantes de trabajadores del barrio o lugar de la escuela en proporción a la cantidad de trabajadores de la escuela; c) representantes de los estudiantes en misma proporción a partir de los 12 años; d) un representante del Dpto de Educación Nacional.

Todas las disposiciones se aplican a nivel local escolar. Se respetan las disposiciones del Dpto de Educación Nacional del Consejo de Diputados Trabajadores y Campesino, pudiendo presentar recursos a organismo superiores en caso de controversias.

 

Artículo 12: “La base de la vida escolar debe estar en el trabajo productivo, no como medio de financiamiento de gastos de manutención de los niños, y no solamente como método de enseñanza, mas específicamente como trabajo productivo socialmente necesario. Debe de estar fuertemente organizado en relación con la enseñanza, dando luz al conocimiento de toda la vida circundante. Gradualmente siendo cada vez más complejo, debiendo ir al entrono inmediato de la vida del niño; así el trabajo productivo debe familiarizar al niño, con una amplia variedad de formas de producción, hasta las más complejas”.

12.1: El principio del trabajo se torna un medio poderoso de enseñar al trabajo escolar como creativo, alegre, libre de violencia contra la personalidad del estudiante y todo ello relacionado y organizado socialmente. En este último sentido, la escuela es una comunidad escolar fuerte y orgánicamente ligada con los procesos de trabajo, es decir, con la vida circundante”.

 

Casi un año después de la toma del poder por los trabajadores y el pueblo, se puede decir que nació formalmente la escuela única soviética, enmarcada en la construcción pujante del socialismo en todas las Repúblicas de diferentes nacionalidades, aún siendo agredidas por los ejércitos imperialistas y la contra-revolución interna. Encontramos aquí los principios de auto-organización, algo así como el germen de lo que hoy podríamos denominar “autonomía” , donde participaban los trabajadores (sin distinguir docentes y no docentes), estudiantes a partir de los 12 años!!, la comunidad y el Estado socialista. Esto que ubicamos no es menor, debemos comprender las diferentes naciones oprimidas bajo el viejo imperio zarista que imponía una única lengua (rusa) una religión, así como la cultura dominante como eje de la imposición política.

 

Tanto Lunacharsky como Krupskaya eran partidarios de una nueva pedagogía, comprendiendo una educación bajo el eje experimental y basado en la creatividad de los sujetos a educar. Esa corriente en esta primera etapa se comprendió bajo el denominado “método complejo” que se identificaba principalmente por la eliminación de un curriculo dividido en materias, y en cambio buscaba una articulación interdisciplinaria de la cotidianeidad de los niños a partir de la investigación de su entorno y sus intereses. Dicho ámbito fomentaba la experiencia como centro de la actividad escolar. Ello unida a la inmediata alfabetización y a la construcción de la escuela de los Soviets en forma autonómica bajo el trabajo productivo material, fue la primera expresión de una Pedagogía Socialista en nuestro mundo.

De palabras de la propia autora nos va indicar como comprendían las educación de entonces, ella escribe así en la obra “La cuestión de la educación comunista” de 1921:

“Tomemos un muchacho de pueblo. Acarrea agua, cuida del gallinero, ayuda a su padre en el campo y a su madre en la casa, cuida de sus hermanos más pequeños, hace los mandados y así sucesivamente. En casa es una persona indispensable. Hay afinidad de pequeños campesinos como éste en los pueblos. Ese trabajo en el pueblo debe ser el punto de partida; debe ser examinado a la luz de la ciencia y, de esta forma, el alumno debe ser introducido gradualmente en la vida de los adultos”.

Asimismo, nos encontramos con otra cita muy atinente que expone:

“El comunismo presupone una organización racional y sistemática de la producción. No debe perderse ninguna fortaleza, ningún talento. Así el uso racional de la dicha fuerza presupone una formación planificada y sistemática. La preparación de una nueva generación para la producción comunista es uno de los problemas más grandes del comunismo. Es por eso que el Comisariado de Educación Pública creo para esta tarea la “escuela única del trabajo”.

Dos cuestiones de estas citas: por un lado notamos como se relacionan la escuela junto al mundo material concreto que rodea la cotidianeidad de las familias trabajadoras y campesinas y así los vínculos que se desarrollan allí. Cuestión que recuerda a los primeros estudios de Vigostky que no lo trataremos aquí- sino sería todo un capítulo aparte- desarrollando los primeros avances de una Psicología experimental pensando en los aprendizajes de los sujetos como seres sociales. Todo niño sabe! Esto lo dice en sus textos Krupskaya ya que el niño o el joven en su casa es una persona indispensable, no es una “cosa” ya que tiene una actitud creadora, es activo, así como propositivo siendo una visión muy adelantada para la época. Mientras contemporáneamente en otras partes del mundo se discutía acerca del lugar “activo” del niño frente al conocimiento.

Otra de las cosas muy novedosas de esa “escuela única del trabajo” soviética es que en ella concurrían niños y niñas, así como adolescentes de ambos sexos en todos sus niveles. Se introducía en el sistema educativo la integración de género en todos sus instituciones, incluso bachilleratos, tecnológicos y las Universidades.

Siguiendo con ello, la experiencia significativa de Makarenko la incluyo en sus Colonias agrarias-industriales donde convivían a diario adolescentes de ambos sexos en internados en común. Ello habla de los desafíos de la pedagogía soviética y sus metas sociales. Pensemos que en el Uruguay de hoy día, aún se sigue diferenciando y evitando la convivencia entre diferentes sexos, ubicando en INAU internados para muchachos y muchachas como seres desconectados de la realidad social común, siendo raros los casos excepcionales de proyectos de convivencia integrados. En la URSS esa discusión fue superada en los años 20, no sin ignorar los desafíos que ello implicaba, pero se trataban con creatividad, ingenio popular y confiando en las propias masas, así como en los y las jóvenes trabajadores y campesinos.

Son experiencias que coronan una primera etapa, seguida de algunos datos oficiales recabados por nosotros que anunciaban por el año 1930 la superación del analfabetismo en todas las Repúblicas de la Unión Soviética. Se logró quebrar así una barrera que significaba en el comienzo: llegar a todos los rincones de la nación con la cultura. Ello no fue milagroso. Uno si mira las estadísticas de época nota que de 6.000 escuelas públicas que había en 1914 bajo un imperio zarista, al año 1927 se paso a 119.000 escuelas abiertas al pueblo bajo la URSS. Así de 4.000 escuelas medias o liceos que habían en 1914 en 1927 se logró tener unas 8.000 instituciones de enseñanza media (el doble) y en otras tiendas, si hablamos de educación superior veamos que de 400 institutos universitarios que se contaba en 1914, se avanzó a mas de 1.200 en el mismo 1927. Además en 1940 se registraban más de 4.600 bibliotecas populares en todo el país. Podemos seguir diciendo números acerca de los avances en materia educativa ya que millones de hijos de trabajadores se volcaban a la educación, así como los propios trabajadores letrados. Acaso, cómo decir y explicar que por 1940 ubicamos más de 13 millones de estudiantes de educación media y tecnológicos, así como 1, 8 millón de estudiantes universitarios y técnicos. Aquí, en ese momento sobrevino la invasión nazi y la gran guerra contra el fascismo.

Notamos en un segundo período de la pedagogía soviética la obra brillante de Antón Makarenko al frente de las Colonias de niños y adolescentes “Máximo Gorki” desde 1920 a 1926 y “Félix Dzershinki” de 1926 a 1935. En su obra máxima: “Poema Pedagógico” sin ser un manual, relata de manera vivencial las peripecias que sufre ante la necesidad de crear un método para educar a jóvenes que provenían de las más diversas situaciones de vida extrema. Muchos sobrevivían en las calles, otros de haber sido reclutados en algunas de las bandas contra revolucionarias que merodeaban y muchos otros habían sufrido las pérdidas familiares propias de la cercanía de la guerra. Pensar en la Ucrania de los años 20, saqueada por la guerra imperialista, y en ella instalar instituciones educativas para estos jóvenes que nadie quería saber. Makarenko fue nombrado como Director al frente de una estas Colonias y tuvo profundas discusiones con las autoridades del Comisariado de Instrucción Pública local.

Tuvo que levantar literalmente con sus propias manos el internado en una hacienda rural abandonada, realizando muchos sacrificios personales junto a los primeros muchachos, edificando desde abajo junto a la aplicación de la ciencia pedagógica, la creación de una escuela agraria de trabajo, para jóvenes que tenían cargas judiciales (como diríamos hoy) ya que eran considerados en su mayoría bandidos sin recuperación. A esa primera Colonia se le puso el nombre de “Máximo Gorki” en honor a uno de los máximos exponentes de la literatura de esa época, que estaba en vida, apoyaba la Revolución Socialista y había sido un “niño de la calle” en su infancia.

Makarenko tenía una visión muy positiva en los jóvenes, por ello el significado de ese nombre para su institución. Al igual que Lunacharsky y Krupskaya, consideraba a los muchachos como elementos vivos y activos en su vida, capaces de sobreponerse y modificar su forma de vida anteriormente sufridas bajo el capitalismo. Llegó a debatir con fuerza y dureza ante autoridades que planteaban el aislamiento de estos jóvenes, incluso con la Juventud Comunista. El “Komsomol” consideraba que no eran dignos en sus filas aquellos jóvenes que habían estado vinculados a la delincuencia, pero todo ello cambió debido a que Makarenko promovió abiertamente la convivencia de los jóvenes de las Colonias agrarias con los jóvenes comunistas del mismo territorio. Ello fue zanjando diferencias y promoviendo la integración de estos jóvenes a la construcción de una nueva sociedad.

La COLECTIVIDAD para Makarenko era método y finalidad de la educación socialista de época. Era la manera efectiva de consolidar una concepción de sociedad comunista a través de la experiencia de éstos jóvenes vinculado el trabajo en el campo, y luego en la industria. Asimilando la educación escolar, junto con el trabajo manufacturero productivo, se lanzó una innovación que sería el funcionamiento auto-gestionario de cada Colonia bajo el mandato de los propios jóvenes. La organización colectiva en Asambleas Generales resolutivas, Destacamentos, junto con Jefes (delegados) juveniles y encargados de trabajo funcionó como organismo inclusivo de los jóvenes a la sociedad socialista de entonces. El trabajo colectivo con responsabilidad individual, una manera de fortalecer la disciplina consciente del sujeto desde dentro mismo de cada uno, confiando en la fortaleza de su trabajo y responsabilizándose de ello junto a sus camaradas y compañeros de convivencia. Cada Colonia llegó a tener cientos de jóvenes de ambos sexos y diferentes edades que con vigor se extendió a toda la URSS. Significaba la auto-disciplina forjada a través del trabajo y el estudio organizado en común con la finalidad de construir una nueva nación, al mismo tiempo que los niños y niñas que allí ingresaban iban dejando atrás un pasado brutal para ser protagonistas de su momento de desarrollo viviendo en comunidad.

La obra de Makarenko fue retratada en la primera película de cine sonoro soviética que se tituló: “Camino de la vida” realizada en 1931, dirigida por Nicolai Ekk y que se puede ubicar en internet. Así como la obra literaria de Makarenko se encuentra en muchas bibliotecas que aún son posibles de hallar entre compañeros seguramente.

En la última etapa que vamos a mencionar de la pedagogía soviética, lo que vamos a señalar es la referencia a las modificaciones realizadas luego de 1958 y en sucesivas reformas educativas en los años sesenta y setenta respectivamente que ubicaron como central el avance de la ciencia como el “motor del socialismo” tratando de despojar el carácter de clase de la educación comunista, donde se colocaba con fuerza la idea de pensar en “un futuro por delante” más que en el legado de las victorias del proletariado en la Revolución Rusa.

Se pusieron en boga las ideas de un pedagogo polaco Bogdan Suchodolski que a través de sus tratados de “Pedagogía Socialista” buscaba señalar como reflexión central la ubicación de los jóvenes en “la sociedad moderna”. Debido a ello su propuesta educativa no se dirige hacia la educación del proletariado en la ciencia, el arte o la técnica, sino “a través de la ciencia, a través del arte y a través de la técnica”. Los saberes son ubicados como medios y no como fines en sí mismos, tendientes a “comprender la ciencia como factor de desarrollo de la civilización”. Era el advenimiento de la educación para las competencias concretas en el trabajo, más que para elevar el nivel de lucha de las clases populares en la construcción del Socialismo. Se cerraba así una etapa.

De las mencionadas, nos quedamos con las aportes de las dos primeras, cuya esencia creadora sigue siendo posible de la mano de la lucha por la toma del poder del proletariado y del pueblo. Lo rico de la experiencia de la Pedagogía Socialista descansa en como las masas populares van buscando resolver los problemas de la producción con la experimentación, a su vez creando una nueva cultura que responda a esos problemas. Esto pasa ante una situación revolucionaria que ubique los desafíos del proletariado por crear sus propias herramientas de lucha, en las que se encuentra erigir otra clase de educación. Maravillosa experiencia en manos de los obreros y campesinos cuando se tiene la posibilidad de levantar un país, su industria, sus fábricas, buscando lo mejor de la alimentación y el abrigo para todo el pueblo, así como se lo logró bajo la Revolución Socialista de octubre hace 100 años.

 

Milton Rodríguez

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