Canelones: La vacunación contra el COVID y sus peripecias

Ministro de Salud Pública Daniel Salinas en vacunatorio de Las Piedras en medio del desorden

Es de público conocimiento que en el Departamento de Canelones no viene bien el tema de la vacunación anti COVID19 en cuanto a cantidad de vacunados por habitante. Los porcentajes andan por el 20%, (primeros días de mayo) siendo el más bajo de nuestro país y sigue lento a pesar de que se instalaron más vacunatorios últimamente.

Existe un tema organizativo muy grave en cuanto a la agenda y posterior determinación de los lugares de vacunación a los que deben ir los ciudadanos del Departamento. Así es que pobladores de Joaquín Suárez deben ir al policlínico de la Asociación Española Salinas – Marindia situado en la Ruta Interbalnearia, entre estas dos localidades. Habitantes de Barros Blancos deben ir a la ciudad de Canelones y gente de Montevideo a Toledo. Esta situación está llevando a que muchos pobladores que sufren la desocupación, que viven de la informalidad o de planes sociales, no estén concurriendo a vacunarse por falta de dinero para trasladarse aunque se agendaron para hacerlo. También tienen dificultades aquellos que no tienen líneas de ómnibus para trasladarse hasta los lugares asignados.

 Esta es una situación que agrava el problema y que no es a causa de las posiciones anti vacuna, ni de las luchas políticas o gremiales, esto se debe pura y exclusivamente a los errores cometidos por las autoridades en el manejo de la vacunación y la organización de la logística en cuanto a la pandemia por lo menos en nuestro Departamento.

De más está decir que la situación por la que estamos pasando los canarios en cuanto a lo económico, está mostrando la cara más cruda de una crisis que se va profundizando cada vez más, y que las migajas que tira el gobierno a tantas familias desempleadas, que viven en la informalidad o que peor aún, ya hace años que vive fuera del mercado laboral, son totalmente insuficientes, de tal forma que se van acrecentando los cinturones de pobreza en la zona de forma diríamos que irreversible para muchos.

Están funcionando menos ollas populares que al principio de la pandemia, se siguen dando canastas a través de la Intendencia de Canelones en apoyo a las mismas, pero el caudal de pobreza aumenta y sin soluciones laborales legítimas no se revierte la situación.

Para volver a instalar una situación laboral que se parezca a la normalidad, primero se debe invertir de parte del estado en una renta básica digna para todos aquellos que son castigados por la crisis sanitaria y económica, hasta estabilizar los casos en un mínimo que permita reestructurar la economía en base al trabajo y el salario digno.

Dinero de donde sacar hay. Con impuestos a quienes no pararon de generar grandes ganancias para sus bolsillos, y no dan nada a la sociedad o muy poco, como los agroexportadores se soja, carne, madera y pasta de celulosa; los grandes banqueros especuladores de todo tipo entre otros, suspendiendo el pago de la deuda externa y echando mano a los fondos de contingencia que están en el exterior se podrían sentar las bases para un mejoramiento real de la situación sanitaria, para comenzar la recuperación económica y laboral del país, así como para iniciar la presencialidad en la educación sin sobresaltos, incluso invirtiendo en mayor cantidad de centros educativos y mayor cantidad de horas docentes, en lugar de recortar como se viene haciendo.

Jorge Pérez

Enlace permanente a este artículo: https://pcr.org.uy/?p=2939