1) El victimario se convierte en «víctima».
Ocurrió ayer en el Cerro. El Dr. Robert Silva intentó montar un escenario para burlarse del pueblo. Volvió a la escena de un viejo crimen, ya que el victimario en 2002 (como miembro del CODICEN) envió la represión al Liceo n° 11 y golpearon estudiantes tras una ocupación pacífica. Para montar una escena se precisa un actor o comediante. Ese Dr en este caso no dejó de sonreír y provocar a los presentes. Como se verá en algunas imágenes, el montaje de un grupo de patovicas (algunos posibles policías de particular) cerraron el paso de vecinos/as del Cerro, estudiantes y docentes. Esa «seguridad» se encargó del trabajo sucio y luego apareció Santiago González del Ministerio del Interior. El victimario del movimiento estudiantil ya se podía desenvolver en su papel.
2) La violencia de ANEP.
La situaciones de violencia (sin comillas) se suscitaron desde el comienzo. Un grupo de 10 personas, mayormente hombres y dos mujeres con la bandera de Uruguay encima, cierran el paso de vecinos/as, estudiantes y docentes al Centro Cultural 11. Empujan hacia las escaleras de ingreso y se dan primeros golpes. Algunos hombres tocan el pecho de 2 chicas estudiantes para provocar algún golpe de respuesta que no ocurre. Se insulta y sigue el aprete, asfixia y golpes por debajo. Mientras el Sr. Silva hacía su actuación frente a una quincena de su sequito de funcionarios políticos de ANEP, diputados del P. Colorado y algunos rentados de los partidos de derecha. El pueblo del Cerro en la calle y la patota en la puerta. El desenlace sólo se explica viendo todos los hechos, no únicamente un vidrio roto.
3) Estudiantes dan lecciones de lucha.
Juan Pedro Mir (Eduy 21) y Emiliano Mandacen (FENAPES) dan declaraciones públicas de «condena» al unísono. Repudian aquello que beneficia el discurso de ANEP. Otros diputados oficialistas y del FA expresan «preocupación» y más «condenas». Todos detrás de la huida del Dr Silva en su irrupción en el Cerro. De la violencia hacia las/los estudiantes ni una palabra. De la patota en la puerta del Ctro Cultural ni una palabra. Se cae en un mismo discurso contrario a los estudiantes y trabajadores sindicalizados que estuvimos en la movilización.
4) Un Gobierno acorralado tiende provocaciones.
La altura del movimiento estudiantil en lucha nuevamente es ejemplo. No cesaron de denunciar y agitar como lo mejor de un movimiento social histórico. En la TV, hacen fila políticos que regalan pasaportes al Narcotráfico pero que escupieron puro odio todo el día y llamaron «asonada» a la movilización. Otra vez, nada ni una palabra de la patota y su violencia. Se aplica la vieja receta contra los sindicatos y gremios de la educación. Esto nos enseña el grado de temor del gobierno de derecha y ultra derecha. Ni siquiera dejaron ingresar a una vecina (en foto) de más de 70 años. No tienen argumentos, ya que su Reforma reaccionaria no la podrán aplicar ni a palos ni con amenazas. El movimiento estudiantil combativo y el clasismo sindical tienen en sus manos la Defensa de la Educación Pública.
¡¡Arriba los/las que luchan!!
Tomado del posteo de Milton Rodríguez






